Verdadero objeto de culto del trash cinema, Pink Flamingos es a John Waters lo que Sin aliento fue a Godard y Los 400 golpes a Truffaut: un film iniciático, donde se pueden encontrar todas las obsesiones del autor: sus personajes raros, su estilo irreverente, sus escenas más asquerosas, su mirada implacable a la sociedad norteamericana.
Centrada en la batalla por el título de la “gente más repugnante del mundo”, el film enfrenta a Divine como Babs Johnson sontra Mink Stole y David Lochay como los verdaderamente malvados Connie y Raymond Marble, dos enamorados que secuestran mujeres para inyectarles semen y luego vender a sus hijos a parejas de lesbianas.
Además de atreverse a mostrar cómo le practica una fellatio a su propio hijo, Divine se hizo famoso en todo el mundo por la antológica escena en que come verdadera caca de perro.
Pink Flamingos se convirtió en uno de los films más exitosos en las célebres funciones de trasnoche, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.